miércoles, mayo 28, 2025

AYUDA TECNOLOGÍA A PLANEAR EL FUTURO REPRODUCTIVO

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Mientras la tendencia actual apunta hacia un mundo con cada vez menos nacimientos, quienes aún buscan tener hijos están planeando con mayor detenimiento su futuro reproductivo.

Esto quiere decir que hay una decisión mucho más consciente respecto a cuándo y cómo concebirlos, en ocasiones tomando en cuenta medidas para asegurar un embarazo saludable, como la preservación de la fertilidad y las técnicas de reproducción asistida, o sea, el congelamiento de óvulos y la fertilización in vitro.

«Aunque parezca que no, y que tal vez platicando con gente digan: ‘No, yo no sé si quiero hijos, o si acaso quiero uno o dos’, la realidad es que la gente que sí lo está buscando está necesitando de esta tecnología para poder formar sus familias», cuenta en entrevista la doctora Deborah Marie Cassis Bendeck, médico cirujano con especialidad en Ginecología y Obstetricia.
Por ejemplo, entre quienes llegan a Hestia Fertility, clínica de fertilidad de la que es cofundadora y directora médica, Cassis observa dos perfiles distintos. Por un lado, parejas que antepusieron sus metas profesionales u otros objetivos de vida a la crianza de hijos, y en el momento que finalmente deciden tenerlos quizás ya no les resulta tan sencillo debido a la edad.
«Al menos del lado de las mujeres, sí hay un reloj biológico como tal, las mujeres sí tenemos una era reproductiva limitada; entonces, eso complica el hecho de que una pareja se pueda embarazar. Aparte de que también está habiendo más incidencia de hombres que tienen problemas con su esperma», refiere Cassis.

«Ahorita es esa población la que está buscando estos servicios porque ya quieren formar familia, y están viendo que es más complicado de lo que pensaron. Ese rango de edad va, más o menos, como de los 36 a los 42; ese grupo está buscando la fertilización in vitro».
Por otra parte, están las mujeres jóvenes que, si bien sí quieren convertirse en madres, primero desean realizarse como profesionistas; «ahorita, al menos las niñas de 25 no están pensando en tener hijos, sino en cumplir objetivos, terminar sus carreras, estudiar Medicina Ese tipo de cosas», remarca la experta en fertilidad.
«Y la realidad es que cuando estás ya agarrando un poco tu ritmo profesional, pues no estás buscando formar una familia porque sí tienes que un poquito priorizar uno sobre el otro. Entonces, estas mujeres que están más o menos como de los 28 a los 35 años son las que ahorita están buscando congelar óvulos».
La edad ideal para llevar a cabo esto, expone Cassis, es antes de los 35 años. La razón de ello es que la reserva ovárica, que es la cantidad de óvulos que una mujer tiene en sus ovarios en un momento determinado, va disminuyendo en número y calidad a lo largo de la vida, especialmente después de los 35.

Después de realizar estudios para verificar el estado de esa reserva, ya sea con un ultrasonido vaginal para tener «una foto de la fábrica», ilustra Cassis, o mediante análisis de sangre, lo siguiente es estimular los ovarios a través de inyecciones hormonales -con gonadotropina coriónica humana- para ayudar a los óvulos a completar el proceso de maduración.
Tales óvulos son los que se extraen en el laboratorio y permanecen vitrificados en nitrógeno líquido hasta que la mujer en cuestión, o alguien más, decida recurrir a ellos. Cassis rememora el caso de una mujer en Estados Unidos que se embarazó con un embrión que llevaba congelado cerca de tres décadas; «es un poquito como de ciencia ficción, pero no, ya está siendo realidad».
Una de las ventajas que la especialista destaca de este tipo de procedimientos es la posibilidad de analizar los embriones para identificar enfermedades desde antes de la gestación y el nacimiento. Se conoce como diagnóstico genético preimplantacional, y permite, por ejemplo, detectar alteraciones cromosómicas que llevarían al nacimiento de un bebé con Trisomía 21, mejor conocido como Síndrome de Down.
En cuanto a la accesibilidad, Cassis señala que en el sector público hay pocos programas y suelen destinarse a pacientes con mejor pronóstico; en la medicina privada, tal como ocurre con otros tratamientos, el costo puede ser alto. En Hestia Fertility, el congelamiento de óvulos va desde los 75 mil pesos, y la fertilización in vitro desde 105 mil, sin contar los medicamentos para ambos casos.

De ahí que la especialista opine, no sin ser objeto de críticas, que en el futuro algunos padres optarán por regalar a sus hijos algún tratamiento de este tipo en lugar de un coche o un viaje.
«Como papá, digo, creo que buscas que tus hijos tengan las mejores oportunidades, y me pasa mucho en consulta ver que obviamente los papás están preocupados de que sus hijos o no se pueden embarazar o que no tienen pareja y van a congelar óvulos, y les quieren ayudar y demás.
«Creo que sí podríamos también darles una ayudada a nuestros hijos en un futuro, si es algo que quieren; se cambia un poquito el tipo de regalos o de cosas que le puedes dar a tus hijos para que tengan esa oportunidad», sostiene Cassis.

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