Si has notado que los piojos aparecen más seguido cuando hace calor, no es tu imaginación. Es una realidad que muchas familias viven cada año, especialmente cuando los niños regresan a clases o pasan más tiempo juntos.
Durante la primavera y el verano, los casos de piojos aumentan y hay una razón clara: el calor acelera su reproducción. Cuando la temperatura sube, estos insectos se desarrollan más rápido y se contagian con mayor facilidad.
¿Por qué el calor les ayuda?
Los piojos pasan por tres etapas: huevo (liendre), ninfa y adulto. En clima templado, este proceso tarda de 7 a 10 días, pero si la temperatura supera los 28 grados, todo se acelera. Las liendres pueden abrirse en solo 5 días, lo que permite que haya más piojos en menos tiempo.
Además, con calor los piojos se mueven más rápido entre las cabezas, lo que hace más fácil que pasen de una persona a otra, sobre todo si hay contacto cercano como en las escuelas, campamentos o reuniones familiares.
¿Cómo prevenirlos?
Revisa con frecuencia la cabeza de los niños, especialmente detrás de las orejas y en la nuca.
Evita compartir peines, gorras o almohadas.
Lava con agua caliente las prendas y objetos que hayan estado en contacto con una persona con piojos.
Si detectas piojos, actúa rápido con un tratamiento adecuado y sigue las indicaciones para eliminar también las liendres.
