El mal torneo de los Zorros del Atlas no solo se explica por su fragilidad defensiva o su falta de contundencia en ataque. A la ya preocupante racha negativa de resultados se suma un factor que ha mermado de manera evidente el funcionamiento del equipo: las constantes lesiones. Jornada tras jornada, los rojinegros pierden piezas clave, lo que ha desnudado la pobre preparación física del plantel y encendido las alarmas en la directiva y el cuerpo técnico.
En la derrota de este miércoles frente a Tigres en el Estadio Universitario por 2-0, el panorama empeoró. Rivaldo Lozano y Rober Pier tuvieron que abandonar el campo con molestias musculares, quedando de inmediato en duda para el duelo del próximo sábado ante Necaxa en el Estadio Jalisco. Como si no fuera suficiente, Djuka también encendió las alarmas cuando se tendió en el césped para recibir atención médica, aunque finalmente pudo continuar en el encuentro.
La lista de bajas no se detiene ahí. El capitán Aldo Rocha tampoco estuvo disponible en el “Volcán”, luego de resentirse de una lesión muscular sufrida ante Mazatlán la jornada anterior. Su ausencia fue especialmente notoria en la contención, zona donde Atlas luce desorganizado y carente de liderazgo.
Pero este problema no es nuevo. Desde el arranque del torneo, Atlas ya había sufrido la baja de Eduardo “Mudo” Aguirre, quien se lesionó de gravedad en la Fecha 4 contra Pachuca, cuando el equipo aún estaba bajo el mando de Gonzalo Pineda. El delantero lleva cinco jornadas sin jugar y sigue sin una fecha clara de regreso.
El cúmulo de lesiones refleja una preocupante tendencia: el equipo no resiste la exigencia física del torneo. La preparación física ha quedado en entredicho, pues semana tras semana se pierden jugadores por dolencias musculares, lo que explica en gran medida por qué Atlas es penúltimo en la clasificación con apenas siete puntos.
Ahora, Diego Cocca tendrá que improvisar y buscar variantes obligadas para enfrentar a Necaxa, en un duelo que podría marcar el rumbo del equipo. Sin plantel completo, sin confianza y con la presión a cuestas, Atlas enfrenta un futuro inmediato lleno de incertidumbre.
