martes, marzo 25, 2025

AMEDRENTABA CJNG A JORNALEROS

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Bajo el auspicio del Ayuntamiento de Chilpancingo y una empresa privada, un grupo de jornaleros fue contratado para trabajar en un campo agrícola en Jalisco, donde resultaron explotados y amenazados de muerte por un grupo armado, presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación.

«Yo estuve trabajando un mes y me regresé después de que una noche unos 30 hombres armados golpearon a un trabajador y persiguieron a otro porque habían violado la regla de no asomarse a los terrenos de un rancho», relató uno de los jornaleros que estuvo en ese lugar durante marzo de 2023.

Indicó que la propuesta de trabajo se las ofreció la empresa Big Force, a través de la administración municipal que en ese tiempo encabezaba la Alcaldesa morenista Norma Otilia Hernández Martínez.
El ofrecimiento, dijo el jornalero, era obtener una visa de trabajo para el estado de Florida, Estados Unidos, pero finalmente fueron enviados a Jalisco.
«Nos van a matar a todos, escóndanse», gritó un jornalero de Guerrero mientras corría a una casa rodante que le asignaron para dormir en un campo agrícola de Jalisco en el que trabajaba.

Llevaba muy poco tiempo ahí, dijo a Grupo REFORMA uno de sus compañeros, cuando desobedeció una de las reglas que les impuso un grupo armado presuntamente ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que los vigilaba: encerrarse en los dormitorios antes de las 21:00 horas.
«Nos dijeron que no deberíamos de hablar con nadie, ni tomar fotografías de todo el lugar donde estábamos y mucho menos del rancho que estaba cerca», indicó.

En esa ocasión, sostuvo, dos jornaleros en forma imprudente merodearon en el rancho e inmediatamente fueron perseguidos por hombres armados, quienes torturaron a uno de ellos.
«Varios de nosotros estábamos afuera de uno de los dormitorios cuando llegó corriendo al que venían persiguiendo gritando: ‘nos van a matar a todos, escóndanse'», afirmó el jornalero.
Mencionó que todos se metieron a los dormitorios y escucharon que algunos integrantes del grupo armado les gritaban: «se los va a llevar la chingada, recuerden que no están en Guerrero, están en Jalisco».
«A todos nos dio mucho miedo aunque al otro día uno de los representantes de la empresa Big Force los reunió y les dijo que los dos jornaleros «mirones» habían cometido un grave error y que los hombres armados que fueron tras ellos pertenecían a una empresa privada que cuidaba el rancho.
«Esos hombres (el grupo armado) no parecían policías porque no estaban uniformados y llevaban buenas armas», expuso.
A raíz de ese hecho de violencia, apuntó, muchos de los jornaleros de Guerrero empezaron ahorrar dinero para su pasaje para regresar.
«Tuve que juntar 4 mil pesos para pagar mi pasaje en el autobús y regresar a Guerrero luego de poner mi renuncia y nadie de la empresa me dijo algo», recordó el jornalero al narrar su experiencia.
«Fuimos explotados laboralmente y amenazados de muerte por gente que ni siquiera sabemos a qué se dedicaban, pero policías no eran».
Otra de las mentiras, abundó, fue que el Ayuntamiento de Chilpancingo y Big Force les prometió una visa para trabajar en Estados Unidos, pero que al llegar al campo de cultivo, los obligaron a quedarse un año.
Además, denunció, la empresa les redujo el salario de 50 a 30 pesos por cubeta de arándano.

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