Este 23 de marzo se conmemora el Día Meteorológico Mundial, una fecha establecida por la Organización Meteorológica Mundial, presente en cerca de 200 países. En México, donde el clima varía de forma drástica entre regiones, esta conmemoración cobra especial relevancia. Mientras en el Valle de México una lluvia prolongada se percibe como «mal tiempo», en Chihuahua se recibe como una verdadera «bendición». En algunas entidades las bajas temperaturas generan alerta, pero en tierras chihuahuenses los fruticultores las desean para completar las «horas frío» que requieren sus cultivos.
Estas diferencias muestran no solo la diversidad climática del país, sino también las distintas formas de entender el clima, especialmente entre quienes dependen directamente de él: los hombres y mujeres del campo. En Chihuahua, el agricultor se distingue por un valor profundamente arraigado: la fe. Esa fe que, junto con la experiencia heredada de padres y abuelos, les ha permitido aprender a leer el cielo y anticipar los tiempos. Aunque muchos de ellos no concluyeron estudios formales, poseen un conocimiento amplio del comportamiento del clima, forjado a través de la observación y el trabajo diario.
En esta colaboración especial del reconocido meteorólogo meoquense, Ing. Florencio Rodríguez Loera, se hace un llamado a abrazar la meteorología como una ciencia que nos ayuda a toda la humanidad. Con la esperanza de un buen año agrícola, se reconoce el esfuerzo de agricultores y ganaderos, que además de trabajar la tierra, observan el cielo con sabiduría y fe. Que no falten las lluvias que tanto se anhelan, ni la confianza en que el conocimiento –científico y popular– pueden caminar de la mano para beneficio de todos.
Fue en enero del 2023, que mediante una emotiva ceremonia, el Ayuntamiento de Meoqui, Chihuahua, rindió homenaje al maestro y meteorólogo Florencio Rodríguez, bautizando una calle de su pueblo natal con su nombre. Reconocido por su destacada trayectoria profesional y académica, Rodríguez expresó su sorpresa y humildad ante el gesto, recordando con orgullo sus raíces y reafirmando su conexión con Meoqui, a pesar de residir en Durango. Durante el evento, compartió un mensaje de empatía y respeto para las nuevas generaciones, subrayando que “lo más importante es el corazón”. Originario de Meoqui y emigrante desde 1978, Florencio Rodríguez ha dedicado su vida al estudio del clima, labor que hoy lo convierte en un referente y motivo de inspiración para su comunidad.
