sábado, octubre 19, 2024

RUSIA ALARDEA CON NUMEROSAS ARMAS APOCALÍPTICAS

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Este año, el presidente ruso Vladímir Putin ha blandido repetidamente la espada nuclear con la que ha recordado a todos que Rusia tiene el arsenal atómico más grande del mundo para intentar disuadir a Occidente de aumentar su apoyo a Ucrania.

Ordenó a su ejército que realizara ejercicios que incluían armas nucleares en el campo de batalla, con su aliado Bielorrusia.

Anunció que Rusia comenzará a producir misiles terrestres de alcance intermedio que fueron prohibidos en 1987 por un tratado ahora extinto entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Y el mes pasado, redujo el umbral para desplegar su arsenal al revisar la doctrina nuclear del país.

Putin confía que esos miles de ojivas y cientos de misiles sean una enorme máquina apocalíptica para compensar la ventaja masiva de la OTAN en armas convencionales y desalentar lo que él ve como amenazas contra la soberanía y la integridad territorial de Rusia.

Este es un vistazo al arsenal atómico de Rusia y a las cuestiones lo rodean:

Las armas estratégicas de Rusia

La Federación de Científicos Estadounidenses estimó este año que Rusia tiene un inventario total de 5.580 ojivas nucleares desplegadas y no desplegadas, mientras que Estados Unidos tiene 5.044. En conjunto, representan aproximadamente el 88% de las armas nucleares del mundo.

La mayoría de ellas son armas estratégicas o de alcance intercontinental. Al igual que Estados Unidos, Rusia tiene una tríada nuclear de misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) basados en tierra, bombarderos de largo alcance y submarinos armados con ICBM.

Desde que Putin llegó al poder en el 2000, el Kremlin ha trabajado para modernizar los componentes de la tríada de fabricación soviética: ha desplegado cientos de nuevos misiles terrestres, puesto en servicio nuevos submarinos nucleares y ha actualizado bombarderos con capacidad nuclear. El esfuerzo de Rusia por renovar sus fuerzas nucleares ha ayudado a impulsar a Estados Unidos a lanzar una costosa modernización de su propio arsenal.

Rusia ha reequipado a sus fuerzas terrestres de misiles estratégicos con ICBM móviles Yars, y recientemente comenzó a desplegar los misiles balísticos intercontinentales Sarmat —pesados, basados en silos y denominados misiles “Satanás II” en Occidente—, para reemplazar gradualmente a unos 40 misiles R-36M de fabricación soviética. El Sarmat solo ha tenido una prueba exitosa conocida y, según se informó, sufrió una explosión masiva durante una prueba abortada el mes pasado.

La marina puso en servicio siete nuevos submarinos de propulsión atómica de clase Borei, cada uno con 16 misiles Bulava con ojivas nucleares, y planea construir cinco más. Se pretende que formen el núcleo del componente naval de la tríada junto con algunos submarinos nucleares de la era soviética que todavía operan.

Rusia aún depende de los bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-160 de fabricación soviética que llevan misiles de crucero con ojivas nucleares. Moscú ha reiniciado la producción del supersónico Tu-160 que fue detenida después del colapso de la Unión Soviética de 1991, con el objetivo de construir varias docenas de aviones modernizados con nuevos motores y aviónica.

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