miércoles, octubre 23, 2024

REPRESIÓN Y GUERRA, EL DETRÁS DE LAS ELECCIONES RUSAS

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Moscú, Rusia.- Vladimir Putin está a punto de ganar otro mandato de seis años en las elecciones presidenciales de esta semana, a pesar de que los rusos están muriendo en Ucrania en una guerra que ya va por su tercer año y su país está más aislado que nunca del resto del mundo.

El resultado casi seguro se debe al rígido control que ha establecido sobre Rusia durante sus 24 años en el poder, el mandato más largo en el país desde el líder soviético Josef Stalin.

Putin, de 71 años, ha silenciado prácticamente toda la disidencia mediante nuevas y duras leyes que imponen fuertes multas o prisión a las voces independientes.

Los críticos han sucumbido a muertes inexplicables o han huido al extranjero.

La boleta incluye a otros tres candidatos simbólicos que apoyan públicamente sus políticas.

¿Cómo está afectando la guerra a las elecciones?

Putin ha centrado su campaña en la promesa de cumplir sus objetivos en Ucrania, describiendo el conflicto como una batalla contra Occidente por la supervivencia misma de Rusia y sus 146 millones de habitantes.

En un discurso a la nación el mes pasado, Putin afirmó que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN “necesitan un espacio dependiente, menguante y moribundo en lugar de Rusia para que puedan hacer lo que quieran”.

Putin ha argumentado repetidamente que envió tropas en febrero de 2022 a Ucrania para proteger a los hablantes de ruso en el este y evitar que Kiev represente una gran amenaza para la seguridad de Moscú al unirse a la OTAN.

Ucrania y sus aliados describen la invasión rusa –el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial– como un acto de agresión no provocado por parte de la principal potencia nuclear.

Putin asegura que las fuerzas rusas tienen la ventaja después del fracaso de la contraofensiva de Ucrania el año pasado, argumentando que Kiev y Occidente “tarde o temprano” tendrán que aceptar un acuerdo en los términos de Moscú.

Putin ha elogiado a sus tropas que luchan en Ucrania y prometió convertirlas en la nueva élite de Rusia.

Los rusos comunes y corrientes saben poco de los numerosos reveses de su Ejército en la guerra, con las bajas fuera de la vista y los medios estatales sólo informan de los éxitos de Moscú.

¿Cómo está afectando la economía a las elecciones?

La resiliencia de la economía frente a las duras sanciones occidentales es un factor importante detrás del control de Putin sobre el poder en Rusia, un actor importante en el sector energético global.

Se espera que la economía crezca un 2.6 por ciento este año, según el Fondo Monetario Internacional, en comparación con la expansión del 0.9 por ciento prevista en Europa. Se pronostica una inflación superior al 7 por ciento, pero el desempleo sigue siendo bajo.

Las industrias militares se han convertido en un motor de crecimiento clave, con plantas de defensa que producen misiles, tanques y municiones. Los fuertes pagos a cientos de miles de hombres que firmaron contratos con el Ejército han ayudado a impulsar la demanda de los consumidores, contribuyendo al crecimiento económico.

En su campaña, Putin ha prometido extender hipotecas baratas subsidiadas por el Gobierno para ayudar a las familias jóvenes, particularmente aquellas con niños, aumentando su popularidad y dinamizando el floreciente sector de la construcción.

También prometió invertir más fondos gubernamentales en atención médica, educación, ciencia, cultura y deportes, mientras continúa los esfuerzos para erradicar la pobreza.

¿Qué impacto está teniendo la represión?

Putin ha reforzado metódicamente el control de la política rusa desde que asumió la presidencia en el 2000, impulsando cambios constitucionales que pueden mantenerlo en el poder hasta 2036.

La represión del Kremlin contra la disidencia alcanzó niveles sin precedentes después de la invasión de Ucrania.

Una nueva ley represiva aprobada días después de la invasión penalizó cualquier crítica pública a la guerra, y las protestas se han vuelto prácticamente imposibles debido a que la Policía dispersa rápidamente las reuniones no autorizadas. El número de arrestos, casos penales y juicios se ha disparado, y las penas de prisión prolongadas son más comunes.

Putin ha denigrado a los activistas de la Oposición y a los críticos de la guerra como títeres occidentales mimados, y una vez los describió como “espuma arrastrada” por su “operación militar especial”.

Su mayor crítico, Alexei Navalny, estaba cumpliendo una sentencia de 19 años por cargos de extremismo cuando murió a los 47 años en una colonia penal del Ártico.

Otras figuras destacadas de la Oposición también recibieron largas penas de prisión comparables a las impuestas a los “enemigos del pueblo” durante las represiones estalinistas. El destacado enemigo del Kremlin, Vladimir Kara-Murza, recibió la sentencia más dura de 25 años por cargos de traición por un discurso contra la guerra.

Pero incluso los críticos menores fueron amordazados. Un artista de San Petersburgo fue condenado a siete años por sustituir las etiquetas de los precios de los supermercados con lemas contra la guerra, mientras que un poeta de Moscú fue condenado a siete años por recitar versos contra la invasión en público.

La mayoría de los medios de comunicación independientes cerraron y muchos trasladaron sus operaciones al extranjero, mientras los medios controlados por el Estado recalcaban implacablemente las narrativas del Kremlin.

¿Cómo se verán afectadas las políticas de Rusia?

Es probable que Putin utilice su predecible victoria como prueba del abrumador apoyo público a la guerra.

Muchos observadores esperan que endurezca su rumbo e intensifique la guerra.

Algunos dicen que el Kremlin podría lanzar otra ronda de movilización de reservistas para crecer las filas del Ejército y tratar de ampliar sus logros en una gran y nueva ofensiva.

El Kremlin está dispuesto a intensificar su retórica bélica, presentando al país como una fortaleza sitiada que enfrenta la agresión occidental.

Es probable que se amplíe la represión contra los activistas de la oposición y los críticos de la guerra, y las autoridades abandonen cualquier apariencia de decoro en sus despiadados esfuerzos por erradicar los signos de disidencia.

Es probable que la política exterior de Moscú se vuelva aún más agresiva, y las autoridades rusas podrían intentar cada vez más profundizar las divisiones en Occidente con desinformación y propaganda, además de apelar a los círculos conservadores de Occidente promoviendo la imagen de Rusia como un baluarte de los valores tradicionales.

En las relaciones de Moscú con China, India y los países del Sur Global, la victoria electoral de Putin ayudará a cimentar las alianzas existentes al reforzar el mensaje de su firme control sobre la política rusa.

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