Poco más de una década después de que se retirara de la actuación para dedicarse a sus hijos y a su matrimonio con Ryan Gosling, Eva Mendes ofreció su primera entrevista en años, donde reconoció que nunca le apasionó tanto su carrera como actriz.
«No lo digo de manera autocrítica, pero nunca fui una gran actriz. Tuve mis momentos en los que trabajé con gente realmente genial», señaló la actriz, que este año cumplió 50 años, al Sunday Times de Reino Unido.
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«La verdad es que nunca me enamoré de la actuación», añadió a la publicación.
De inmediato, la actriz añadió que dos de los proyectos que más le enorgullecen en su carrera son las películas que hizo junto a Gosling, de 43 años: The Place Beyond the Pines, de 2012, y Lost River, de 2014.
Este último filme, dirigido por Gosling en su debut tras las cámaras, fue también el último proyecto cinematográfico de Mendes como actriz.
«Él obtiene algo de mí que nunca antes había sido accesible para otros directores», aseguró Mendes.
Desde aquel filme de 2014, el cual marcó su retiro de Hollywood, Mendes se ha dedicado en cuerpo y alma a educar a sus dos hijas con Gosling: Esmeralda, de 10 años, y Amada, de 8.
Su aversión por la industria, que le permitió aparecer en filmes como Día de Entrenamiento, Ghost Rider, The Other Guys y la saga de Rápidos y Furiosos, es porque muchas veces la rechazaban por su color de piel.
«Tuve algunos papeles bastante malos. Eso era todo lo que decían al principio: ‘ella es demasiado étnica para esto, demasiado étnica para aquello’. Fue una locura», reconoció Eva al medio británico.
«Esa era la constante. Luego, en algún momento, cambió a: ‘lo étnico está de moda ahora’ o ‘ser latina está de moda’. Me enojaba mucho, pero luego obtenía ese combustible que necesitaba para seguir adelante».
Así que la única forma de que Mendes regrese a la actuación, aseguró, sería en otro proyecto junto a su esposo, Ryan Gosling, con quien está desde 2011.
«Eso es lo único que me encantaría hacer», reconoció Mendes, de raíces cubanas.