Bebidas con electrolitos, ibuprofeno, un panecillo rebosante de tocino, huevo y queso… cada cual tiene su manera de curar la resaca. También hay un montón de productos que afirman hacer la experiencia menos miserable, con pocas pruebas que los respalden.
Pero ¿y el ejercicio? Algunas personas juran que hacer ejercicio puede ayudar a curar o mitigar la resaca. Si es así, ¿qué tipo de movimiento puede ser el más útil?
“Hay muy pocos entornos en los que el ejercicio no sea beneficioso”, dijo Andy Peterson, médico del equipo de la Universidad de Iowa. Es “lo más parecido que tenemos a un medicamento milagroso en medicina”.
Eso incluye las resacas —con algunas salvedades—, dijo. Esto es lo que aconsejan los expertos si estás pensando en sudar durante una mañana dura.
¿Cómo afecta la resaca al organismo?
Según Shaan Khurshid, cardiólogo del Hospital General de Massachusetts, tras una noche de copas al cuerpo le ocurren varias cosas a la vez. Puedes estar deshidratado y sufrir trastornos del sueño, problemas digestivos o un pico de ansiedad.
Aunque los síntomas de la resaca y su gravedad pueden variar mucho de una persona a otra, e incluso en la misma persona en distintos momentos, nadie va a estar en su mejor momento físico después de beber una cantidad considerable de alcohol, dijo Khurshid.
El alcohol es un relajante, por eso puede hacer que te sientas menos estresado y más tranquilo. Pero cuando esos efectos disminuyen, pueden ir seguidos de lo que Khurshid llamó un “tipo compensatorio de subida de adrenalina”. Explicó: “Por eso algunas personas notan que su ritmo cardiaco es más rápido o que están un poco más ansiosas o nerviosas” al día siguiente.
Empezar a entrenar con una frecuencia cardiaca de referencia más alta puede hacer que la rutina resulte más difícil de lo habitual. (Si eres propenso a las arritmias cardíacas, es mejor que evites el ejercicio intenso la mañana después de beber, añadió Peterson).
El alcohol también tiene un efecto diurético, es decir, hace que orines con más frecuencia. También ralentiza la digestión e irrita la mucosa del estómago, lo que puede provocar vómitos u otros problemas gastrointestinales. Todos estos factores aumentan las probabilidades de deshidratación.
También es posible que no comas tanto o tan sano cuando bebes. Si es así, a la mañana siguiente es probable que no tengas el combustible necesario para hacer ejercicio.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor?
Existen muy pocos estudios sobre el ejercicio y la resaca. De los pequeños estudios que existen, la mayoría se han centrado en cómo la resaca puede afectar al rendimiento deportivo, y no al revés. (Por ejemplo, un estudio de excursionistas en Grecia descubrió que los participantes con resaca se sentían “significativamente más agotados” después de una caminata de 16 kilómetros que los participantes sin resaca. En promedio, también habían fumado muchos más cigarrillos la noche anterior).
Pero está bien establecido que la deshidratación tiene un impacto negativo en el rendimiento del ejercicio. Por eso, los expertos insisten en la importancia de rehidratarse y tomar electrolitos antes de intentar cualquier tipo de ejercicio con resaca. Khurshid recomienda tomar un tentempié salado o desayunar, además de beber mucha agua.
Según Peterson, algunos síntomas de la resaca, como la falta de coordinación y la lentitud de pensamiento, también pueden aumentar el riesgo de lesiones si se elige un ejercicio que exija movimientos motores complejos, como el boxeo o la escalada. Por este motivo, es mejor probar con una forma de ejercicio de baja intensidad, como un paseo, un trote fácil, una natación suave o un paseo en bicicleta estática.
Pero mientras escuches a tu cuerpo y no intentes ninguna actividad nueva y vigorosa, probar algún movimiento debería ser seguro, dijo Khurshid.
Si el movimiento se siente bien o empiezas a sentirte mejor al hacer ejercicio, puedes aumentar la intensidad, dijo Peterson. Pero si empiezas a sentirte peor, es hora de dejarlo.
¿Puede un entrenamiento ayudarte a sentirte mejor?
Si no sueles hacer ejercicio, una sesión con resaca probablemente no será una “cura única”, dijo Khurshid, ya que te resultará más difícil esforzarte lo suficiente para tener una sesión productiva cuando no te encuentras en tu mejor momento. Por eso, es más probable que experimentes algún beneficio si ya haces ejercicio con regularidad.
Aun así, no es el momento de llegar al límite. “Si empiezas a entrenar y te sientes fatal, pero no empeoras a medida que avanzas, estás haciendo lo correcto”, dijo Peterson.
Si después te sientes mejor, según los expertos, es probable que se deba a la magia del ejercicio y las endorfinas. Hay elixires milagrosos mucho peores en los que creer.