Este fruto seco es una fuente significativa de minerales esenciales, incluyendo calcio, hierro, magnesio y fósforo
La almendra, fruto del árbol prunus dulcus es un alimento apreciado por su sabor y sus propiedades nutricionales. Su origen tuvo lugar en el Medio Oriente.
Este alimento es valorado tanto por su sabor como por sus múltiples propiedades nutricionales, que lo convierten en un ingrediente versátil en la cocina.
En la cocina, la almendra puede ser incorporada en batidos, ensaladas, salsas y productos horneados, lo que la convierte en un ingrediente ideal para diversas dietas, incluidas las vegetarianas y veganas.
Sus aceites y extractos se emplean en productos de cuidado personal, aprovechando sus características hidratantes y nutritivas.
Este fruto seco es una fuente significativa de minerales esenciales, incluyendo calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio. Asimismo, aportan un amplio espectro de vitaminas del complejo B, así como vitamina E y A.
Uno de los beneficios más relevantes de la almendra es su impacto positivo en la salud cardiovascular. Contienen ácidos grasos monoinsaturados, que contribuyen a la reducción del colesterol LDL, conocido como colesterol «malo». Esto puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y a mejorar la circulación sanguínea.
Su consumo también ha sido vinculado a una disminución en el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de mama.