domingo, octubre 20, 2024

DISMINUYE TU LISTA DE FÁRMACOS

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Se estima que alrededor de uno de cada cinco adultos de entre 40 y 79 años toma cinco o más medicamentos con receta, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Y, a mayor edad de los pacientes, es más probable que ingieran más fármacos.

Pero tomar muchas medicinas a la vez, lo que entre los expertos médicos se conoce como polifarmacia, aumenta el riesgo de que las personas experimenten efectos secundarios graves e interacciones farmacológicas, afirmó Nina Blachman, profesora asociada de medicina y geriatría de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.

Los estudios demuestran que tomar varios medicamentos se asocia a un deterioro más rápido de la memoria en algunos pacientes con deterioro cognitivo leve, y a un mayor riesgo de caídas entre las personas con problemas de equilibrio o músculos debilitados. Y ciertas combinaciones de fármacos pueden provocar hemorragias excesivas, niveles peligrosamente bajos de azúcar en sangre u otras complicaciones graves que a diario ocasionan la hospitalización de cientos de adultos mayores.

Aunque los medicamentos pueden ser fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida, es importante saber cuándo estamos tomando demasiados fármacos de manera innecesaria y cuándo debemos pedir ayuda para disminuir la lista de recetas.

Cómo se acumulan las recetas

A medida que las personas envejecen, desarrollan más problemas de salud como diabetes, cardiopatías, artritis e hipertensión, y “acaban tomando cada vez más medicamentos”, explicó Blachman. A muchos nunca se les retiran los fármacos que se les han recetado durante años, aunque ya no los necesiten o existan fórmulas más novedosas que puedan tratar varios síntomas de manera simultánea.

En ocasiones, los pacientes acuden a varios médicos y cada uno puede recetarles medicamentos distintos sin tener contacto entre sí.

A veces, los profesionales médicos pueden recetar fármacos para tratar los efectos secundarios de otra medicación, en lo que los doctores denominan como una “cascada de prescripciones”. Por ejemplo, las personas que toman ciertos analgésicos de venta libre llamados antiinflamatorios no esteroideos pueden experimentar un aumento de la tensión arterial, que los médicos pueden diagnosticar de manera errónea como una nueva dolencia y recetar bloqueadores de los canales de calcio como tratamiento. Pero, en algunas personas, estos fármacos para la tensión arterial pueden provocar hinchazón de tobillos, lo que puede hacer que les receten un diurético para reducir la acumulación de líquido en el organismo.

“Así que uno acaba persiguiendo los efectos secundarios de un medicamento tras otro”, afirmó Blachman.

Los pacientes mayores también podrían ser más propensos a desarrollar efectos secundarios nuevos o peores porque la función renal y hepática disminuye con la edad, lo que reduce la capacidad del organismo para filtrar algunos medicamentos, según dijo Barbara Farrell, científica del Instituto de Investigación Bruyere de Ottawa. Esto puede hacer que a los pacientes se les receten aún más medicamentos para tratar esos efectos secundarios.

Aunque la polifarmacia es más frecuente en las personas mayores, los adultos jóvenes e incluso los niños, sobre todo los que padecen enfermedades crónicas complicadas como epilepsia, trastornos del aprendizaje o problemas de salud mental, también pueden terminar en ciclos en los que ingieren muchos medicamentos.

Para complicar aún más las cosas, los farmacéuticos y los médicos no siempre saben cómo o cuándo ayudar a los pacientes para que dejen los fármacos de manera segura, explicó Farrell. Sin embargo, en los últimos años, tanto ella como otros expertos han impulsado la elaboración de más directrices sobre la reducción o interrupción de los fármacos recetados.

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