Cada fin de año trae consigo la posibilidad de reunirse y festejar con los seres queridos en un ambiente de cariño, pero también una cascada de expectativas y pendientes que puede resultar agobiante.
Si a esto sumamos el cansancio acumulado de los meses anteriores, la posibilidad de experimentar el síndrome del burnout aumenta considerablemente.
«De alguna manera, ya llegar a este fin de año puede ser un momento desgastante y empieza a haber esa sensación de estar como muy distraídos, muy agotados, con poca capacidad, con una dificultad para la recuperación», explica Francisco Paredes, coordinador de Programas Médicos en el área de Salud Mental y Adicciones del IMSS.
«Ahí es donde justamente tenemos que buscar herramientas o estrategias para tratar de recuperarnos», advierte.
De acuerdo con el médico con especialidad en psiquiatría, el burnout, o síndrome «del quemado», es una condición que ha sido registrada por la Organización Mundial de la Salud desde el año 2000 con distintos niveles.
Originalmente, este síndrome comenzó a estudiarse en las personas que, al encontrarse al cuidado de seres queridos con enfermedades terminales, experimentaban una sensación de fatiga y frustración de la que no podían recuperarse.
Ahora el burnout se utiliza ampliamente para nombrar al tipo de agotamiento derivado de las dificultades de la vida diaria, específicamente en el campo laboral.
Paredes distingue algunos componentes en el tipo de cansancio que experimentan quienes presentan este síndrome.
«Se caracteriza por un agotamiento emocional, hay una sensación de fatiga persistente, hay una sensación de desgaste, hay una sensación de despersonalización, que es lo que llamamos un proceso de desconexión o de indiferencia hacia el trabajo y hacia las relaciones interpersonales.
«Hay una disminución del desempeño y sensación de baja autoestima también; la persona que padece el burnout va sintiendo que, por más que se esfuerza, sus habilidades no mejoran», describe el especialista.
En México, el problema es especialmente grave, pues cifras del IMSS señalan que 7 de cada 10 mexicanos padecen estrés laboral.
Asimismo, el Módulo Básico de Bienestar Autorreportado (BIARE Básico) del INEGI arrojó en este año que 5.7 por ciento de la población adulta urbana del País reportó más preocupaciones o estrés que tranquilidad.
«El estrés laboral surge cuando las demandas en el trabajo superan a las personas en sus recursos, en sus capacidades, sobre todo el trabajador, o quien empieza a sufrir estas situaciones, percibe que cada vez son más las demandas de trabajo y que no tiene descanso, que poco a poco va empezando a sentirse saturado», explica Paredes.
Si todo ello es un riesgo latente durante el año, al final del mismo comienzan a acumularse otras preocupaciones.
«Regularmente, uno inicia el año con propósitos, con ‘este año tengo el propósito de poder cambiar mi vehículo, o cambiar algo en la casa, hacer ejercicio’, alguna expectativa tenemos siempre que vienen estas fechas de Año Nuevo», plantea el psiquiatra.
«Y empieza el año, transcurre el año, y cuando llegamos al momento del corte de caja, nos damos cuenta de que a lo mejor esas expectativas no se cumplieron y eso muchas veces genera una sensación de mucho estrés, de mucha insatisfacción, de ‘lo que buscaba hacer no lo pude lograr'», describe.
Los compromisos sociales y las grandes cantidades de dinero que suelen desembolsarse en fiestas y regalos también abonan a la posibilidad de sufrir burnout.
«A esto le cargamos las expectativas también de la familia, de los hijos, de la pareja, de las personas allegadas, las amistades y esto evidentemente cada vez nos va generando una necesidad de tener que cubrir ciertas expectativas», expone.
«Por eso muchas veces tendemos, precisamente, a sobrecargar para cumplir con estas expectativas sociales y de trabajo», previene.
Para afrontar este síndrome, tanto en el caso propio como en el de un familiar, lo primero que recomienda el especialista es reconocer los síntomas a tiempo, un asunto crucial para poder iniciar la atención.
«Hay algunas acciones que podemos tomar. Primero, a nivel personal, creo que lo primero que tenemos que definitivamente hacer es tomar pausas activas, ponernos límites claros, sobre todo definir ‘yo hasta dónde puedo y hasta dónde no puedo’, por ejemplo, hablando del trabajo», recomienda.
«También es importante el sueño, importantísimo el sueño continuo y reparador, es muy importante respetar horarios de sueño, dormir bien, una alimentación balanceada y realizar actividad física también», agrega.
En estas fiestas, Paredes recomienda también saber decir que no cuando uno se encuentra cansado y evitar los excesos en la comida y el alcohol.
Para tener una dieta balanceada, sugiere incorporar alimentos como huevos, frutos secos, vegetales y semillas, ricos en citicolina, para memoria y enfoque, así como vitaminas B6 y B12, que mejoran energía y conexiones cerebrales.
Por otro lado, en tiempos donde la familia y los amigos se reúnen, es importante aprovechar estas redes de apoyo para cuidar la salud mental de todos.
«Y nunca es malo en un momento dado levantar la mano y pedir ayuda, creo que siempre es importante reconocer cuando necesitamos ayuda profesional y ahí hay profesionales de la salud mental que siempre estamos en esa disposición de establecer estrategias», apunta.
Así, con la capacidad de priorizar el autocuidado y el descanso, además de cuidar una dieta saludable y hacer ejercicio, las fiestas de fin de año pueden ser una oportunidad para recargar la batería para lo que sigue.
¿Cómo afrontar el burnout?
Al término del fin de año, el psiquiatra Francisco Paredes, recomienda hacer a uno mismo una inspección a través de estas preguntas:
- ¿Me siento emocionalmente agotado?
- ¿Percibo indiferencia hacia mi trabajo o relaciones?
- ¿La falta de energía o concentración me impide alcanzar mis metas?
Y para cuidarse…
Para prevenir el burnout, el especialista recomienda lo siguiente:
Nutrición
- Incorporar alimentos como huevos, frutos secos, vegetales y semillas, ricos en
citicolina. Además, vitaminas B6 y B12.
Establecer prioridades - Priorizar el sueño reparador.
- Practicar ejercicio regularmente.
- Aprender a decir «No» y evitar sobrecargar la agenda.
- Dedicar tiempo a actividades personales.
Red de apoyo - Rodearse de familiares y amigos que brinden apoyo emocional.