domingo, septiembre 22, 2024

CORNADA Y OREJA PARA ISAAC FONSECA EN MADRID

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El torero mexicano Isaac Fonseca cortó una oreja esta tarde en la Feria de San Isidro en Madrid, sólo que pudiendo salir por la Puerta Grande, fue la de la enfermería la que tuvo que abrirse para el michoacano, que sufrió una cornada grande en la espalda que le dio su segundo enemigo y de la que, por la gravedad que se supone tiene, lo intervinieron en la misma enfermería de Las Ventas.

«Se quejaba mucho del dolor en la espalda. Los médicos tomaron la decisión de operarle de una vez y esperemos que no sea grave. Estamos pendientes», alcanzó a decir en una brevísima llamada telefónica, su mentor y uno de sus apoderados en México, Jacobo Hernández, a las afueras de la enfermería madrileña.

Según el parte médico firmado por los doctores García Padrós y García Leirado, titulares del servicio médico en Las Ventas, la cornada del michoacano es grave y tiene una extensión de 20 centímetros en la espalda.

«Herida por asta de toro en cara posterior hemotórax izq. con una trayectoria ascendente de 20 cm y que produce destrozos en músculos dorsal, archo y paravertebrales, alcanzando y contusionando parrilla costal y apófisis espinosas dorsales.

«Puntazo corrido de un tercio superior muslo derecho. Es intervenido quirúrgicamente bajo sedación y anestesia local en la enfermería de la plaza de toros y trasladado al hospital.

«Pronóstico, grave», informó el parte médico que han expedido en la enfermería del coso madrileño.

Tras haber cortado una merecida oreja de su primero, un toro noble y con clase de la ganadería de Pedraza de Yeltes, al que toreó muy bien con el capote, para después templarlo por ambas manos con la muleta.

Templados fueron los derechazos y naturales que el mexicano, que se mostró claro y muy firme, convenció al público que, tras un estoconazo en todo lo alto y entero, no dudó en pedir la oreja para Fonseca quien, feliz dio la vuelta al ruedo.

En cuanto salió el sexto, Fonseca tenía la posibilidad de reescribir la historia de más de 50 años sin que un torero mexicano pudiera abrir la Puerta Grande.

El toro de la ganadería de Torrestrella, con un comportamiento áspero, le dejó lucir en algunos lances con el capote.

En un buen detalle, el mexicano fue hasta la enfermería y dejó, en el borde de la barrera, la montera en señal de un brindis a su compañero Francisco José Espada, herido, no por cornada, un toro antes.

Y ya con la muleta, apenas empezaba la faena, en un forzado de pecho le metió el pitón por debajo de la casaquilla verde y oro que estaba estrenando Isaac y lo zarandeó de fea manera, tirándole un par de derrotes y ocasionándole la cornada.

Cayó Isaac al ruedo se levantó y cuando sus banderilleros lo revisaban, los gestos de dolor del mexicano eran evidentes, fue trasladado en brazos de sus asistencias a la enfermería y se está a la espera de lo que informen los médicos que, cuando no se trata de una lesión grave, operan en el hospital.

Antes de Isaac Fonseca había entrado el español Francisco José Espada quien en el quinto fue revolcado de muy fea manera por su segundo toro que, aunque no le dio una cornada, lo descalabró y propinó duros golpes, el torero quería salir, pero ya no le dejaron.

Fue entonces el primer espada Juan Leal, quien se hizo cargo de matar a ese quinto, y también al sexto, los toros que propiciaron una accidentada tarde hoy en Madrid.

Leal había matado previamente sus dos toros que fueron muy complicados y con los que estuvo valiente.

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