La comida solía ser una fuente diaria de alegría para Sarah Carter. Residente de San Mateo, California, se describía a sí misma como una “fanática de los vegetales”, y le encantaba recorrer los mercados de agricultores, cuidar de su huerto, cocinar comidas elaboradas y explorar los restaurantes de la zona de la bahía.
Eso cambió en octubre de 2023, cuando Carter, de 36 años, tuvo covid por primera vez. Su principal síntoma, la diarrea, se volvió tan implacable que tuvo que tomar una ambulancia para ir a urgencias. Su presión arterial y su frecuencia cardiaca se dispararon debido a una deshidratación grave, y necesitó líquidos intravenosos para tratarla. La enviaron a casa y soportó tres días más de diarrea antes de volver a sentirse ella misma.
Así fue hasta abril de 2024, cuando sintió como si “hubiera heredado un nuevo sistema gastrointestinal de la noche a la mañana”, dijo. Casi todo lo que comía, incluso alimentos suaves como puré de manzana y tostadas, le provocaba diarrea. También ha sufrido hinchazón y dolores tan intensos que a veces tiene la sensación de que le corre ácido por los intestinos.
En mayo, un gastroenterólogo diagnosticó a Carter el síndrome del intestino irritable postinfeccioso. Se trata de un trastorno frecuente que provoca síntomas de SII —dolor abdominal junto con diarrea, estreñimiento o ambos— tras una intoxicación alimentaria u otras enfermedades gastrointestinales. Su médico dijo que la causa más probable era la infección por coronavirus que había sufrido seis meses antes.
Los gastroenterólogos afirman que, desde el inicio de la pandemia en 2020, han observado un repunte del SII y otras afecciones intestinales dolorosas y a menudo desconcertantes como la de Carter, y que muchas parecen haber sido causadas por infecciones previas por coronavirus. No disponemos de buenas estimaciones sobre el porcentaje de personas con covid que desarrollan síntomas gastrointestinales persistentes, pero algunos estudios limitados y pequeños sugieren que pueden estar entre el 16 y el 40 por ciento.
¿Qué problemas intestinales puede causar la covid?
Los síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea son frecuentes durante las fases iniciales de una infección por coronavirus, dijo William Chey, gastroenterólogo de Michigan Medicine. Pero para algunas personas, estos y otros síntomas, como el reflujo, el estreñimiento, el dolor y la hinchazón, pueden persistir durante meses o incluso años.
Como le ocurrió a Carter, algunos síntomas intestinales también pueden desaparecer y reaparecer meses después, dijo Chey. Y las personas que tenían problemas intestinales crónicos antes de tener covid pueden notar que los problemas empeoran después.
Para algunas personas, los síntomas gastrointestinales son su única queja después de la covid. Pero para otras, pueden ser algunos de los muchos otros síntomas de la covid persistente, como la fatiga y la niebla cerebral, dijo Louise King, médica de la Clínica de Recuperación de la Covid de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte.
Las investigaciones sugieren que si has tenido síntomas gastrointestinales durante una infección por covid, tienes más riesgo de desarrollar problemas intestinales meses después. Y los problemas intestinales crónicos tras la covid parecen afectar más a las mujeres que a los hombres.
Más allá del dolor y la incomodidad de estos síntomas intestinales, su imprevisibilidad puede hacer que la gente dude en salir a comer fuera o incluso en salir de casa, lo que conduce al aislamiento, dijo King.
¿Cómo la covid puede provocar estos problemas?
El coronavirus infecta las células de tu cuerpo enganchándose a determinadas proteínas dispersas en sus superficies. Esas proteínas están presentes en las células de muchos tejidos, incluidos los de los pulmones, el corazón, el cerebro y el tracto digestivo, por lo que no es sorprendente que el virus pueda causar síntomas digestivos, dijo Chey.
Los médicos también saben desde hace tiempo que otras infecciones gastrointestinales, como las producidas por norovirus, giardia y salmonela, pueden provocar SII, así como dispepsia funcional, un tipo de indigestión crónica que causa frecuentes sensaciones de saciedad y dolor o ardor de estómago. Tiene sentido que la covid pueda causar el mismo tipo de problemas, dijo B. Joseph Elmunzer, gastroenterólogo de la Universidad Médica de Carolina del Sur.
Una teoría sobre cómo el coronavirus podría causar estos síntomas es que puede aumentar la inflamación del tracto gastrointestinal. La covid también puede alterar el microbioma intestinal, dijo King, lo que hace que haya menos microbios “buenos” que controlan la inflamación y más microbios “malos” que la provocan.
Con el tiempo, la inflamación puede dañar el revestimiento del intestino, haciéndolo más permeable, dijo Chey. Esta permeabilidad puede permitir que las moléculas de los alimentos salgan del intestino, provocando que las células inmunitarias generen una respuesta alérgica a los alimentos.
Braden Kuo, neurogastroenterólogo del Hospital General de Massachusetts, dijo que la inflamación inducida por la covid también puede “roer” los nervios que controlan las contracciones y las señales de dolor en el intestino. Esto puede hacer que los nervios envíen señales de dolor al cerebro, incluso cuando la digestión funciona con normalidad, dijo.
La ansiedad y la depresión también suelen empeorar los síntomas intestinales. En un estudio publicado en mayo, Elmunzer y sus colegas encuestaron a personas que fueron hospitalizadas con covid al principio de la pandemia. En comparación con quienes no experimentaron un trastorno de estrés postraumático relacionado con sus enfermedades, quienes sí lo experimentaron tenían más probabilidades de desarrollar un trastorno como el SII o la dispepsia funcional entre 12 y 18 meses después de su hospitalización.
¿Qué tratamientos existen?
Los médicos no saben cuánto tiempo pueden esperar que duren los síntomas intestinales relacionados con la covid. Pero en el caso de quienes desarrollan SII tras otros tipos de infecciones gastrointestinales, Chey dijo que aproximadamente dos tercios se recuperarán en un plazo de tres a cinco años. Según la experiencia de King con sus pacientes de covid persistente, la mayoría, aunque no todos, se sienten significativamente mejor al cabo de un año de sus infecciones.
Si tus síntomas afectan tu vida diaria, dijo Chey, vale la pena acudir a un médico de atención primaria. Si eso no ayuda, dijo, considera una cita con un gastroenterólogo. Es especialmente importante que te vea un médico si tienes sangre en las heces o una pérdida de peso involuntaria, o si tienes antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedad celíaca o enfermedad inflamatoria intestinal, para poder descartar estas y otras afecciones.
Hay muchas formas de controlar el SII, dijo Chey. A menudo ayuda seguir una dieta baja en carbohidratos fermentables o FODMAP (por su sigla en inglés), idealmente con la orientación de un dietista, o probar una dieta de estilo mediterráneo, dijo. Un psicólogo especializado en salud intestinal puede ayudarte a aprender técnicas para controlar los síntomas, dijo.
Los medicamentos y suplementos de venta libre pueden tratar tus síntomas, dijo Chey. Entre ellos están la loperamida (Imodium) para la diarrea, el polietilenglicol (Miralax) o un suplemento de óxido de magnesio para el estreñimiento y el aceite de menta con recubrimiento entérico (IBgard) para la hinchazón y el dolor abdominal. También hay medicamentos recetados para el SII que pueden tratar la diarrea (rifaximina, eluxadolina) y el estreñimiento (linaclotida, plecanatida, tenapanor).
Para Carter han sido ocho largos meses, pero con la ayuda de un gastroenterólogo, un dietista y un psicólogo intestinal, ella está mejorando gradualmente. Sigue sin poder comer muchas de sus verduras favoritas, pero poco a poco está ampliando su lista de alimentos seguros; es como “aprender a comer de nuevo”, dijo.
Está decidida a mantener una relación positiva con la comida y con su cuerpo, aunque a veces ha tenido la sensación de que este la traicionaba.
“Puedo odiar el SII”, dijo que se dice a sí misma. Y “puedo odiar a la covid, pero no puedo odiar a mi cuerpo”.