Son 40 000 libras esterlinas que recibirá la bióloga marina, Yuliana Bedolla, por su trabajo de conservación.
Bedolla logró erradicar las especies invasoras en dos islas de Baja California donde se encuentran las principales colonias de la fardela mexicana y del petrel negro.
El dinero será destinado a continuar con el proyecto de recuperación de hábitat de las aves, fortaleciendo los protocolos de bioseguridad.
Los mamíferos invasores son la principal amenaza para numerosas especies de aves. Los gatos, sobre todo, “llegan a tener un instinto cazador muy voraz y son muy dañinos porque no solamente atacan los huevos o polluelos, sino que también matan a los adultos y ya no se pueden reproducir”, explica la bióloga marina, Yuliana Bedolla.
Como directora del programa de aves marinas del Grupo de Ecología y Conservación de Islas, una organización sin fines de lucro dedicada a la restauración de islas en México, Bedolla ha logrado erradicar los mamíferos invasores en dos de los sitios de anidación más importantes del mundo para el petrel negro (Hydrobates melania) y la pardela mexicana (Puffinus opisthomelas). Se trata de las islas Natividad y San Benito Oeste, en el océano Pacífico de Baja California, donde la presencia de gatos y ratas constituyeron durante años la principal amenaza para estas aves incluidas en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Como resultado del trabajo de erradicación de especies invasoras que la organización comenzó hace dos décadas, las poblaciones de aves se han recuperado e incluso la pardela mexicana pasó de ser considerada Amenazada por la UICN a estar Casi Amenazada.
Como reconocimiento a su trabajo en favor de la protección de importantes colonias de aves, la organización benéfica británica Whitley Fund for Nature (WFN) adjudicó a Bedolla el Premio Whitley 2023.
Las 40 000 libras esterlinas que recibirá Bedolla y otros cinco ganadores, le permitirán a la conservacionista continuar con el trabajo ya realizado fortaleciendo los protocolos para prevenir la introducción accidental de mamíferos invasores. “Aunque remuevas esa amenaza, siempre está el riesgo de que regrese”, explica la experta. Además, los fondos también le permitirán impulsar el papel de las mujeres locales y las cooperativas pesqueras para fortalecer el monitoreo de aves marinas. “Para que la conservación tenga éxito, las comunidades locales deben estar empoderadas como administradores de sus tierras y recursos”, indicó Bedolla.