miércoles, octubre 9, 2024

LAS GELATINAS DE XÓCHITL

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Mal mal, lo que se dice mal, no se la pasaban los delicienses de los años 50s del siglo pasado.
Cuando menos no en las noches, como esta noche en el Salón Orquídea, que estaba donde aún está, en la calle , nada más que hoy sin las fiestas de aquellos entonces.
De día, para la mayoría de las y los fiesteros nocturnos, de día era otra cosa, vendendían tamales si era menester para sacar el necesario chivo.
Pero en tanto amanecía la nueva jornada con su ineluctable afán, le daban vuelo a la hilacha, frase ésta de estreno dominical.
Así lo hacían estos elegantes contertulios,entre los que identificará al profe Gilberto Gurrola, Eleuterio H Portillo, Elena González, Cecy García, Jaime y Conchita Medina, Angelina Nevárez de Gameros, José Muñoz, Julieta Ornelas de Castañeda, Ernesto Ares, Manuel González de las Casas y señora, Everardo Luján Sáenz, Yolanda Quiñones y, al mero fondo, junto al arreglo floral, de camisa blanca, Macario Guillén Rosales, quien posiblemente se coló de trampa junto con sus compañeros de mesa, pues eran unos impúberes anhelantes de emociones fuertes.


Las bandas de guerra marciales, sonoras, rítmicas, han sido y son el lujo de los desfiles, de las paradas cívicas, de los actos solemnes en que se honra a nuestros símbolos patrios.
Una banda de aquellos lejanos años, concretamente del 1o de mayo de 1853, es la que vemos en esta foto regalada a sus ojos por los Quiñones Rivera.
Pertenecía a la Escuela Primaria Federal General Lázaro Cárdenas No. 305 y su comandante era Hugo Franco Arizpe,quien está muy derechito a la extrema derecha de la primera fila, viendo la toma de abajo hacia arriba, de espalda a la vieja barda de adobe vestida de los colores de las flores de verdes rosalaureles.
Historias, documentos, crónicas, que a la distancia de tantos años nos llevan a los tiempos de quienes nos antecedieron en esta nuestra casa grande, en este nuestro Delicias del recuerdo, en el que a Xóchitl le hubiera encantado haber nacido y vendido tamales y gelatinas.
De acuerdo a nuestras solidarias costumbres, hubiéramos organizado un patronato para becarla en el Tec del camino a Rosetilla.

Por Carlos Gallegos/Cronista de Delicias

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