Durante su conferencia semanal, el gobernador Rubén Rocha Moya, se pronunció respecto a la entrega de despensas que presuntos miembros del Cártel de Sinaloa realizaron en el municipio de Navolato para las familias afectadas por el huracán Norma.
Al responder los cuestionamientos de una reportera, el mandatario confirmó que tenía conocimiento del caso, pero reconoció que tanto él como su gabinete se encuentran atados de manos, pues no tienen manera de interrumpir la repartición de productos etiquetados con las siglas “JGL”, alusivas a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
“Sé de eso, no tenemos nosotros impedimento, no podemos impedir que alguien vaya y entregue. Seguramente lo han hecho en operativos muy simultáneos y muy inmediatos”, dijo respecto a la situación.
Más adelante en su pronunciamiento, Rocha Moya recordó las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador emitidas en abril de 2020, cuando se dio a conocer la repartición de despensas por organizaciones criminales en diversas partes del país ante la contingencia por Covid-19.
“Como dijo el presidente: esto no convalida ni le quita la responsabilidad a quienes se dedican al tráfico de drogas”, fueron las palabras que Rocha Moya compartió en su reunión con la prensa.
La provisión de productos de primera necesidad que supuestos miembros del Cártel de Sinaloa encabezaron ocurrió entre el 4 y 5 de noviembre. Ese fin de semana, en redes sociales circularon imágenes de las largas filas que las y los habitantes del poblado de Yameto, en Navolato, hicieron para recibir artículos de primera necesidad.
Papel de baño, azúcar, harina de maíz, huevo y latas de atún fueron algunos de los bienes que los residentes obtuvieron, todos almacenados dentro de una bolsa que presumía las iniciales del ‘Chapo’.
Pese a que las autoridades no han podido establecer la identidad de quienes orquestaron esta entrega de despensas, documentos judiciales del Gobierno de Estados Unidos señalan que Navolato es el lugar en donde Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo del ‘Chapo’, tiene al menos un rancho.
Él y sus hermanos, que encabezan la facción de Los Chapitos, se hicieron con el control de la plaza en 2020, luego de asesinar a Julio César Carrillo Leyva, alias ‘El Cesarín’, hijo de Amado Carrillo Fuentes y jefe del Cártel de Juárez que pretendía adueñarse del territorio.
