martes, noviembre 26, 2024

CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS Y TRATAMIENTOS DE LAS 20 ENFERMEDADES MENTALES MÁS FRECUENTES

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La enfermedad mental, también denominada “trastorno de salud mental”, se refiere a una amplia gama de afecciones que alteran el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento. La depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos de la alimentación y los comportamientos adictivos son ejemplos de estas.

Muchas personas manifiestan problemas de salud mental de vez en cuando. Pero estos se convierten en una enfermedad mental cuando los signos y los síntomas se hacen permanentes, causan estrés y afectan la capacidad de funcionar normalmente.

La enfermedad mental puede hacer sentir muy mal a la persona afectada y ocasionar problemas en la vida cotidiana, por ejemplo, en la escuela, el trabajo o en las relaciones interpersonales. En la mayor parte de los casos, los síntomas pueden tratarse con una combinación de medicamentos y psicoterapia.

A veces es difícil determinar qué enfermedad mental puede estar causando los síntomas. Pero tomarse el tiempo y el esfuerzo para obtener un diagnóstico preciso ayudará a determinar el tratamiento apropiado. Cuanta más información se tenga, más preparado se estará para trabajar con un profesional de salud mental y comprender lo que pueden representar los síntomas.

Tipos de enfermedades mentales
Las principales son las siguientes:

  1. Trastornos del neurodesarrollo. Abarca una amplia gama de problemas que generalmente comienzan en la infancia o niñez, a menudo antes de que el niño comience la escuela primaria. Algunos ejemplos incluyen el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastornos del aprendizaje.
  2. Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Los trastornos psicóticos causan pérdida de contacto con la realidad, como delirios, alucinaciones y pensamiento y habla desorganizados. El ejemplo más notable es la esquizofrenia, aunque a veces se pueden asociar otras clases de trastornos con la pérdida de contacto con la realidad.
  3. Trastorno bipolar y otros relacionados. Esta clase incluye episodios alternados de manía (períodos de actividad excesiva, energía y excitación) y depresión.
  1. Trastornos depresivos. Estos afectan la manera en que la persona se siente emocionalmente, como el nivel de tristeza y felicidad, y pueden afectar la capacidad para funcionar. Algunos ejemplos incluyen el trastorno depresivo mayor y el trastorno disfórico premenstrual.
  1. Trastornos de ansiedad. La ansiedad es una emoción caracterizada por la anticipación de un futuro peligro o desgracia, junto con una preocupación excesiva. Puede incluir comportamientos con el objeto de evitar situaciones que la causan. Esta clase incluye el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y las fobias.
  2. Trastorno obsesivo compulsivo y relacionados. Implican preocupaciones, obsesiones, pensamientos y acciones repetitivos. Algunos ejemplos incluyen el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de acumulación y la tricotilomanía.
  3. Trastornos relacionados con el trauma y el estrés. Estos son trastornos de adaptación en los cuales una persona tiene problemas para lidiar con una situación estresante de la vida durante o después de esta. Algunos ejemplos incluyen el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno de estrés agudo.
  4. Trastornos disociativos. Estos son trastornos en los cuales el sentido de sí mismo se ve alterado, como el trastorno de identidad disociativa y la amnesia disociativa.
  1. Síntomas somáticos y trastornos relacionados. Causan una gran angustia emocional y problemas de funcionamiento. Puede o no haber otra afección médica diagnosticada asociada con estos síntomas, pero la reacción a ellos no es normal. Los trastornos incluyen el trastorno de síntomas somáticos, el trastorno de ansiedad por enfermedad y el trastorno facticio.
  2. Trastornos de la alimentación. Estos incluyen problemas relacionados con la alimentación que afectan la nutrición y la salud, como la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones.
  3. Trastornos de eliminación. Estos se relacionan con la eliminación inadecuada de orina o heces por accidente o a propósito. Mojar la cama (enuresis) es un ejemplo.
  4. Trastornos del ritmo circadiano. Se trata de trastornos del sueño lo suficientemente graves como para requerir atención clínica, como el insomnio, la apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas.
  5. Disfunciones sexuales. Estas incluyen trastornos de la respuesta sexual, como la eyaculación precoz y el trastorno orgásmico femenino.
  6. Disforia de género. Esta se refiere a la angustia que acompaña al deseo declarado de una persona de ser de otro género.

Los trastornos de la alimentación incluyen problemas como la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones (Istock)
Los trastornos de la alimentación incluyen problemas como la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones (Istock)

  1. Trastornos de mal comportamiento, control de los impulsos y de la conducta. Estos incluyen problemas de autocontrol emocional y conductual, como la cleptomanía o el trastorno explosivo intermitente.
  2. Trastornos relacionados con las sustancias y las adicciones. Estos incluyen problemas asociados con el uso excesivo de alcohol, cafeína, tabaco y drogas. Esta clase también incluye el trastorno del juego compulsivo.
  3. Trastornos neurocognitivos. Afectan la capacidad para pensar y razonar. Estos problemas cognitivos adquiridos (en lugar de problemas de desarrollo) incluyen el delirio, así como trastornos neurocognitivos debidos a afecciones o enfermedades como lesiones cerebrales traumáticas o la enfermedad de Alzheimer.
  4. Trastornos de personalidad. Implica un patrón duradero de inestabilidad emocional y comportamiento poco saludable que causa problemas en la vida y en las relaciones. Algunos ejemplos son los trastornos límite, antisocial y narcisista de la personalidad.

Los trastornos neurocognitivos, como la enfermedad de Alzheimer, afectan la capacidad para pensar y razonar
Los trastornos neurocognitivos, como la enfermedad de Alzheimer, afectan la capacidad para pensar y razonar

  1. Trastornos parafílicos. Estos incluyen el interés sexual que causa angustia o impedimento personal o causa daño potencial o real a otra persona. Algunos ejemplos son el trastorno de sadismo sexual, el trastorno voyerista y el trastorno pedófilo.
  2. Otros trastornos mentales. Esta clase incluye los que se deben a otras afecciones médicas o que no cumplen con todos los criterios de uno de los trastornos mencionados anteriormente.

Opciones de tratamiento
De acuerdo al tipo de enfermedad mental, la gravedad y lo que sea más efectivo para la persona afectada será el tratamiento a realizar. En muchos casos, combinar tratamientos es lo que mejor funciona.

Si se tiene una enfermedad mental leve con síntomas bien controlados, el tratamiento médico puede ser suficiente. Sin embargo, en ocasiones, el enfoque de equipo es más adecuado para asegurar la respuesta a todas las necesidades psiquiátricas, médicas y sociales. Esto es particularmente importante para las enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia.

Medicamentos

Si bien no curan la enfermedad mental, con frecuencia pueden mejorar los síntomas en forma significativa. Los medicamentos psiquiátricos pueden ayudar, además, a la efectividad de otros tratamientos, como la psicoterapia. Los más adecuados dependerán de la situación particular del paciente y de la forma como el cuerpo responda a la medicación.

Los medicamentos psiquiátricos con receta utilizados con mayor frecuencia son los siguientes:

  • Antidepresivos. Se utilizan para el tratamiento de la depresión, la ansiedad y, en ocasiones, otras enfermedades. Pueden ayudar a mejorar algunos síntomas, como la tristeza, la desesperanza, la falta de energía, la dificultad para concentrarse y la falta de interés en las actividades. Los antidepresivos no son adictivos, por lo que no crean dependencia.
  • Medicamentos para la ansiedad. Se utilizan para tratar los trastornos de ansiedad, como el de ansiedad generalizado o el de pánico. También pueden ayudar a reducir la agitación y el insomnio. Los medicamentos contra la ansiedad que se administran a largo plazo son generalmente antidepresivos que también sirven para tratar la ansiedad. Los medicamentos de acción rápida contra la ansiedad brindan alivio a corto plazo, pero pueden crear dependencia, por lo que idealmente solo deberían usarse durante períodos cortos.
  • Medicamentos estabilizadores del ánimo. Se utilizan con mayor frecuencia para el tratamiento del trastorno bipolar, que supone la alternancia entre episodios de manía y de depresión. En ocasiones, los estabilizadores del ánimo se utilizan con antidepresivos para tratar la depresión.
  • Medicamentos antipsicóticos. Se usan, generalmente, para el tratamiento de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia. También se utilizan para tratar el trastorno bipolar o con antidepresivos para tratar la depresión.

Psicoterapia

También llamada terapia de conversación, la psicoterapia consiste en hablar sobre la afección y temas relacionados con un profesional de la salud mental. La psicoterapia permite conocer la enfermedad, los estados de ánimo, sentimientos, pensamientos y conductas. Esa comprensión y ese conocimiento permiten adquirir capacidades para enfrentar situaciones y controlar el estrés.

Existen muchos tipos de psicoterapia, cada uno con su enfoque para mejorar el bienestar mental. Con frecuencia, la psicoterapia se completa con éxito en pocos meses, aunque en algunos casos puede ser necesario el tratamiento a largo plazo. Puede llevarse a cabo de forma individual, grupal o con los miembros de la familia.

A la hora de escoger a un terapeuta, es importante que sentirse cómodo y confiar en su capacidad de escuchar lo que se tiene para decir. Además, es importante que el terapeuta comprenda la historia de vida de la persona y que ha definido la forma en que vive.

Tratamientos de estimulación cerebral

Se utilizan, en algunos casos, para la depresión y otros trastornos de salud mental. Por lo general, se reservan para las situaciones en las que los medicamentos y la psicoterapia no dieron resultado. Entre ellos se incluyen la terapia electroconvulsiva, la estimulación magnética transcraneal repetitiva, la estimulación cerebral profunda y la estimulación del nervio vago.

Es importante asegurarse de comprender los riesgos y los beneficios de cualquier tratamiento recomendado.

Programas de tratamiento hospitalario y residencial

En ocasiones, puede que la enfermedad mental sea tan grave que la persona necesite que la atiendan en un hospital psiquiátrico. Esto se recomienda, por lo general, si la persona no puede cuidar de sí misma adecuadamente o si está en peligro inminente de lastimarse o de lastimar a otra persona.

Las opciones son la hospitalización durante 24 horas, la hospitalización parcial o diurna y el tratamiento residencial, que ofrece un entorno temporal de atención donde vivir. Otra opción puede ser el tratamiento ambulatorio intensivo.

Tratamiento por el abuso de sustancias

Junto con la enfermedad mental comúnmente se presentan problemas con el consumo de sustancias. Por lo general, interfiere en el tratamiento y empeora la enfermedad mental. Si no la persona no puede dejar de consumir drogas o alcohol por sus propios medios, necesita tratamiento. Es aconsejable consultar con el médico acerca de las opciones de tratamiento.

Es importante involucrarse en la propia atención. Trabajar con el médico o profesional de salud mental para decidir juntos cuál es el tratamiento más adecuado, de acuerdo con los síntomas y gravedad, preferencias personales, los efectos secundarios de los medicamentos y otros factores. En ciertos casos, la enfermedad mental puede ser tan grave que tenga que ser el médico o un ser querido quien decida acerca de la atención que la persona reciba hasta que esté en condiciones de participar en la toma de decisiones.

Síntomas y diagnóstico

Los signos y síntomas de la enfermedad mental pueden variar según el trastorno, las circunstancias y otros factores. Pueden afectar las emociones, los pensamientos y las conductas.

A veces, los síntomas de un trastorno de salud mental aparecen como problemas físicos, como dolor de estómago, de espalda, de cabeza u otras molestias inexplicables
A veces, los síntomas de un trastorno de salud mental aparecen como problemas físicos, como dolor de estómago, de espalda, de cabeza u otras molestias inexplicables
Algunos son los siguientes:

  • Sentimientos de tristeza o desánimo
  • Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración
  • Preocupaciones o miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa
  • Altibajos y cambios radicales de humor
  • Alejamiento de las amistades y de las actividades
  • Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño
  • Desconexión de la realidad (delirio), paranoia o alucinaciones
  • Incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria
  • Problemas para comprender y relacionar las situaciones y las personas
  • Problemas con el uso de alcohol o drogas
  • Cambios importantes en los hábitos alimentarios
  • Cambios en el deseo sexual
  • Exceso de enojo, hostilidad o violencia
  • Pensamiento suicida

A veces, los síntomas de un trastorno de salud mental aparecen como problemas físicos, como dolor de estómago, de espalda, de cabeza u otras molestias inexplicables.

Las siguientes opciones son para determinar un diagnóstico y verificar si hay complicaciones relacionadas:

  • Exploración física. El médico tratará de descartar problemas físicos que podrían causar los síntomas.
  • Análisis de laboratorio. Estos pueden incluir, por ejemplo, un chequeo de la función tiroidea o un examen para la detección de alcohol y drogas.
  • Una evaluación psicológica. Un médico o profesional de la salud mental hablará con el paciente sobre sus síntomas, pensamientos, sentimientos y patrones de conducta. Es posible que pida que complete un cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.
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