El sábado, José Ramírez y Josh Taylor pondrán en juego dos títulos mundiales de peso superligero cada uno en Las Vegas (8 p.m. ET, ESPN Deportes/ESPN/ESPN+). Salvo un empate, un peleador saldrá de Virgin Hotels Las Vegas como el campeón indiscutido e invicto del mundo en las 140 libras.
Taylor (17-0, 13 KOs) y Ramirez (26-0, 17 KOs) lucharon cada uno para ascender en las filas de aficionados, se clasificaron para los Juegos Olímpicos de 2012 para el Reino Unido y Estados Unidos, respectivamente, y no alcanzaron el podio de medallas. Pero ambos boxedores han tenido un tremendo éxito en las filas profesionales, ganando múltiples peleas de campeonato en el camino para llegar a este punto.
Entonces, ¿cuál de ellos tiene la ventaja de cara a esta pelea de unificación? El campeón mundial de dos divisiones y analista de boxeo de ESPN, Timothy Bradley Jr., analiza lo que cada peleador trae a la mesa y las preguntas más importantes que tendrán que responder una vez que suene la campana.
La forma de Ramírez de pelear
Si tuviera que usar una analogía para explicar la forma en que Ramírez pelea, sería como un corredor de fútbol americano. Pero no es un corredor que tenga mucha delicadeza y agilidad. Es un corredor que te atravesará directamente. Una potencia, casi un fullback, y viene directo a ti. Viene a atropellarte.
Cuando peleó contra Amir Imam en 2018, no me sorprendió que Ramírez salió airoso. Pero lo que sí me sorprendió fue que Ramírez pudo aguantar su mejor golpe y pudo lastimar a Imam varias veces.
La pelea que realmente me impresionó fue cuando luchó contra Maurice Hooker en 2019. Creo que fue la mejor actuación que he visto de Ramírez. Todo fluía: sus golpes, el movimiento de la cabeza, su ritmo cambiante, todo estaba en el punto. En esa pelea, Ramírez no fue tan predecible como solía parecer en muchas de sus peleas anteriores. Parecía que lo quería más esa noche, fue tras eso y salió con una gran victoria por nocaut contra un campeón mundial muy peligroso y siempre dispuesto a pelear.
Lo único que siempre pasa a primer plano para Ramírez es su voluntad de ganar. Qué decidido está, el chip que lleva en el hombro cada vez que entra al ring. Eso es algo que realmente no se puede medir. Simplemente encuentra una manera de llevarse la victoria, y tiene mucho que ver con su mentalidad: la forma en que encara la pelea y lo duro que entrena dentro del gimnasio.
Es un trabajador fuerte y en el gimnasio quiere competir contra los mejores peleadores. Así es como se mejora. Así es exactamente como progresas en el deporte.
Fuente: ESPN
