Con la experiencia de participar en la Liga MX, Hans Westerhof habló de los juveniles del futbol mexicano y señaló que no les gusta trabajar
El holandés Hans Westerhof alertó sobre que en el futbol mexicano se desperdicia mucho talento joven, porque al jugador en este país no le gusta trabajar con la exigencia que existe en Europa.
Asimismo, depositó parte de la culpa en los técnicos, quienes tendrían que trabajar más algunos aspectos específicos con los jugadores, mientras que en los clubes tendrían que estar más al pendiente de los jóvenes y educarlos desde su corta edad, para que después no incurran en problemas de indisciplina.
Hans Westerhof, quien fue parte del Grupo Pachuca, precisamente trabajando con futbolistas noveles, pero antes dirigió a Chivas y Necaxa, señaló que cuando lo invitó Jorge Vergara (qepd) a dirigir a las Chivas, “para mí era más grande la diferencia entre Europa y México. no sólo de partidos, (sino) de jugadores, en los entrenamientos. Sobre todo en Holanda, los entrenamientos son mucho más intensos, con menos pausas; también hay que adaptarse al clima, pero hay mucho más exigencia”.
“Recuerdo que en Chivas trabajaba con las básicas, pases de recepciones, y el jugador decía que ya parara. Yo les decía: ‘Ok, cuando sus pases sean perfectos terminamos… No queremos ‘más o menos’, queremos perfección, que es una gran diferencia’. En Europa es más exigente, creo que los entrenamientos son más específicos; el 70 por ciento del trabajo en entrenamientos son por posición y creo que también eso es importante”.
Expresó: “No es que en Europa sea mejor, pero es diferente. Por ejemplo, hay mucha más posibilidad para tu propio desarrollo… Yo digo, cómo es posible cuando tú quieres presionar a un portero y no sabes si es zurdo o derecho; el jugador tiene que trabajar en eso, debe saber si el portero rival es zurdo o derecho, y eso corresponde al entrenador enseñárselos”.
“En México, muchas veces el jugador no toma decisiones, no hay liderazgo, pero eso es trabajo del entrenador… Los que entendieron, son los más exitosos; pasó tanto en Chivas como en Pachuca. Recuerdo en Chivas a ‘Maza’ Rodríguez y a Carlos Salcido; no eran los más talentosos, pero ellos entendieron cuál era la idea, cómo trabajar en esas cosas. Marco Fabián y ‘Chicharito’ también. En Pachuca, Héctor Herrera no era muy-muy talentoso, pero él entendió. Y ‘Guti’, ‘Chucky’ y Pizarro son gente que saben y entendieron cuál es su responsabilidad como jugadores”.
Sin temor a equivocarse, afirmó que los futbolistas talentosos en México, se han quedado en la orilla porque no les gusta trabajar como deben hacerlo: “Por ejemplo, yo le pregunté a los jugadores de fuerzas básicas en Pachuca: ‘¿Quién quiere jugar en Europa?’… ¡Todos!… ‘¿Quién está estudiando inglés?’… ¡Nadie!… Tú quieres mucho, pero debes hacer también mucho”.
Asimismo, sostuvo: “Yo trabajé tres años en Ajax, trabajé con jóvenes; ellos no tienen problemas en su propia vida, son exigentes, saben qué es bueno para ellos y también para el club. Ajax, vendió el año pasado jugadores en 121 mil millones de dólares, lo cual no sólo es ventaja para el jugador, sino también para el club”.
LOS QUE NO TRABAJAN, NO VAN A EUROPA
–¿Usted cree que el problema en México es una cuestión de geografía, o es una cuestión de mentalidad?
“Es mentalidad, desde el entrenador; él tiene que ser muy exigente y trabajar cosas específicas, y preguntar cosas a ellos también… Por ejemplo, ¿conoces a Héctor Reynoso? Era un jugador de mucho menos talento, pero de mucha mejor actitud. Le tengo mucha admiración, pues él me preguntó: ‘¿Qué tengo qué hacer para ser titular?’. Y le dije: ‘Héctor, es difícil, amigo, porque ‘Maza’ y Carlos Salcido juegan porque son rápidos. Tú eres muy buen muchacho, muy buen jugador, pero te falta velocidad’. Y en cada entrenamiento, antes del entrenamiento, él empezó a entrenar velocidad, hacía sprints. Y no jugó en Europa, pero duró muchos años en Primera División, gracias a su actitud”.
“Y el ‘Bofo’, con mucho más talento, tenía mucho menos actitud. Y por eso él nunca jugaba en un alto nivel y no fue a Europa. Te digo, eso es responsabilidad del entrenador, pero también de la directiva y de la federación, porque en México la calificación para ser entrenador no es suficiente”.
–¿Usted está enterado de las indisciplinas de jugadores en Chivas? ¿Qué opina?
“Es increíble, es increíble. La indisciplina es cuestión de educación; por eso se debe trabajar antes, en fuerzas básicas, para generar profesionalismo. Tú debes saber que tu carrera empieza con 20 años, y de ahí hasta los 32, o 33 años. Es difícil, pero ¿así cómo puedes encontrar una novia? Los mejores talentos necesitan más atención, pero también fuera de la cancha”.
“Una vez estuvimos con Ajax en China y una noche, después del partido fuimos a un lugar, donde teníamos a un jugador de 21 años: Danny, muy guapo y bueno para bailar… En Ámsterdam no era posible para él desenvolverse o relajarse de esa manera, porque ahí era conocido, le pedían fotos y esas cosas, pero en China (como no era conocido ahí) era fácil para él hacer todo lo que quisiera”, advirtió.
–¿Qué necesita Chivas para aprovechar más a su talento joven?
“Para mí es difícil, porque estoy lejos, pero para mi una de las cosas importantes en Chivas era colocar a sus talentos de básicas. Hay mucho talento joven que nunca fueron vistos, o nunca tuvieron una oportunidad en Chivas, pues le faltaron las oportunidades que tenían en categorías menores o sub 20, donde quizá metías muchos goles, pero llegas a Chivas y vas a la banca”.
DE ROMARIO… HASTA PÉREZ TEUFFER
–¿A qué atribuye su salida de Chivas?
“Es muy simple: Chivas tenía un consejo, que era para aconsejar a jóvenes, no a mí. Pero ellos me quisieron imponer alineaciones y esas cosas. Y yo dije: ‘No’ Yo dije, ‘el consejo no es mi patrón; Jorge (Vergara) es mi patrón’. Me dijeron que a un jugador, del cual no voy a decir su nombre, lo sacara, y yo dije ‘no”.
Admitió Westerhof que no es fácil para un director técnico tener libertad de acción y puso el ejemplo de Romario, a quien dirigió en PSV en 1992: “Me acuerdo que (ante una de tantas indisciplinas del brasileño): ‘Romario fuera, no eres titular’. Y los directivos me dijeron: ‘Sí, pero él vale 10 millones de dólares y si hoy no juega, ¿sabes quién está fuera? ¡Tú!’… Es como Messi, cuando tú dices ‘Messi a la banca’, la directiva dice que si él vale 200 millones de dólares, ‘es mejor que tú vayas a la banca”.
–¿Por qué salió del Necaxa?
“Ahí sólo querían que utilizara al primer equipo, nadie de ellos quería que usara a las fuerzas básicas. Y no le pagaron a parte del cuerpo técnico. Yo pagué a mi cuerpo técnico, pero también a gente que trabajaba en las fuerzas básicas. A veces pagaba la renta de la casa de un entrenador, porque el club no quiso pagar. Por eso en noviembre (de 2007) dije: ‘Me voy”.
¿QUÉ SE NECESITA PARA SER ENTRENADOR?
En otro tema, Hans Westerhof instó a los técnicos en México a prepararse mejor: “En la mayoría de los países, como Inglaterra, España, Holanda, por lo menos tienen que estudiar como cinco o seis años para tener la licencia para entrenar en la Primera División… En México, claro, Paco Palencia trabajaba con diferentes entrenadores; fue a Barcelona, pensó que estaba listo para entrenar y no es así, porque el trabajo de un técnico es muy complicado. Debe hacer muchos entrenamientos y manejar vestidores con muchos problemas, y hablar con directivas, con prensa, pasar por cosas que son tan importantes para un director técnico”.
Citó a Frank de Boer y Ronald Koeman, quienes comenzaron de forma similar, dirigiendo categorías menores y siendo auxiliares, antes de triunfar como entrenadores: “Los técnicos tienen que llevar un proceso, pensar a largo plazo; no es tan fácil”.
–¿Con qué sabor de boca lo ha dejado México?
“Es mi segundo país. Mi hijo está en Pachuca; normalmente voy dos veces por año a Pachuca para ayudar a los entrenadores de básicas, para platicar con Paulo Pezzolano. Y tengo muchísimos amigos también en Guadalajara. Qué lástima que en Europa, en Holanda, hay noticias de México, casi siempre del narco y esas cosas. Porque yo veo a México de otra manera: buena gente, buen país”.