El Manchester United bajó al Paris Saint-Germain de la nube que le supuso alcanzar la última final de la Liga de Campeones, al vencerle a domicilio por 1-2 en un encuentro en el que fue determinante la superioridad física del equipo inglés.
Fue un duelo intenso y emocionante, en el que los dos porteros, el español David de Gea (ManU), y el costarricense Keylor Navas (PSG) tuvieron numerosas intervenciones de mérito que evitaron un marcador más abultado.
El encuentro comenzó con algo de sorpresa en las alineaciones: el francés Paul Pogba estaba en el banquillo inglés, mientras que el defensa brasileño Marquinhos, dudoso hasta el último momento por problemas físicos, figuraba entre los reservas del PSG.
El primer aviso serio llegó en el minuto 11, cuando David De Gea desvió en una buena intervención un disparo peligroso del argentino Ángel Di María tras una buena jugada de Neymar y Herrera.
El meta internacional español volvió a lucirse solo unos segundos después, al blocar un remate de Kurzawa en el área pequeña.
En el minuto 20, un pequeño contacto de Diallo sobre Martial (un poco exagerado por éste), originó un penalti que el árbitro español Mateu Lahoz no dudó en pitar y que Bruno Fernandes lanzó con su tradicional saltito.
Pero el «tico» Keylor Navas adivinó a la perfección la trayectoria… aunque se movió antes de tiempo. Mateu Lahoz ordenó repetir el lanzamiento y esta vez el portugués no falló.
Poco después, De Gea volvió a ser decisivo saliendo ante Di María, que se había plantado ante él tras un gran pase filtrado de Ander Herrera.
Insistía el PSG, y Neymar fue amonestado tras protestar airadamente un posible penalti sobre Kylian Mbappé que el árbitro no apreció.
Pero los hombres de Ole Gunnar Solskjaer no dejaban de contraatacar con peligro. Fernandes, con un tiro lejano muy ajustado al palo largo, volvió a probar los excelentes reflejos de Navas, que despejó a córner. Tras el saque, un cabezazo de McTominey se marchó lamiendo el poste.
Y poco antes del descanso un contraataque fulgurante de Rashford fue cortado de forma providencial por Diallo, que le arrebató el balón cuando el atacante se aprestaba a rematar.
Ante la falta de mordiente del ataque parisino, Tuchel decidió un cambio fundamental: metió a Kean, un atacante, por Gueye, y bajó a Neymar a organizar el centro del campo.
Y las cosas comenzaron bien para el PSG: En el 47, Mbappé culminó una buena jugada personal en el área rival con un remate duro y ajustado que De Gea volvió a salvar de forma espectacular.
Pero el United impuso su juego, con solidez defensiva, presión alta por momentos y contras fulgurantes en las que el director de orquesta Fernandes repartía pases medidos a Martial y Rahsfod.
Los franceses insistían y Kurzawa envío un centro-chut al palo; solo un minuto después, en el 54, Antony Martial marcó en propia meta al intentar despejar un saque de esquina, un remate inesperado ante el que nada pudo hacer un sorprendido De Gea.
Mbappé volvió a intentarlo pero Tuanzebe le rebañó el balón cuando estaba a punto de disparar muy cerca del área pequeña inglesa.
Con la entrada de Pogba y el paso del tiempo, el PSG comenzó a sufrir la superioridad física del United, y en el 69 Navas desvió apuradamente un remate seco y ajustadísimo de Marcus Rashford.
Igual que sus compañeros, Di María se fue apagando físicamente, en su caso tras estar cuatro jornadas sin jugar en la liga francesa por una sanción.
El PSG intentó salvar los tres puntos de su feudo en los últimos minutos, pero De Gea volvió a salvar un buen remate de Neymar en el minuto 82.
Y, casi ya al final, Rashford marcó en el minuto 86 el gol definitivo tras superar a Navas en la culminación de una jugada que inició Pogba y que evidenció el menor nivel físico del PSG, con una defensa un poco blanda.
El técnico alemán del PSG, Thomas Tuchel, había dicho que temía la rapidez y la fortaleza del equipo rival, y al final su análisis se mostró certero.
Fuente: ESPN