El ex boxeador vive actualmente en un apartamento de dos ambientes, y su economía depende del dinero que cobra por sus presentaciones en público
Cuesta creer que en poco más de 20 años una persona pueda dilapidar una fortuna que, bien administrada, alcanzaría para varias vidas. Pero, aunque parezca increíble, Evander Holyfield perdió sus más de USD 250 millones debido a una catarata de malas decisiones que lo dejaron al borde de la quiebra. Quien a fines de la década del 80 y principios de los 90 era una de las máximas estrellas del deporte de los guantes, junto con Mike Tyson, ha visto sus recuerdos materiales escurrirse entre sus manos, y actualmente vive con lo justo.
En 1999 tomó el primer camino errado al fundar Real Deal Records, un sello discográfico propio cuyo éxito jamás llegó pese a darle voz a algunos raperos de la época. En total, dejó allí cerca de USD 3 millones, un traspié que parecía minúsculo para su cuenta bancaria, pero que con el correr del tiempo sería una de los tantos agujeros sin parche.
Aprovechando su fama ganada por el boxeo, el deportista lanzó una gran variedad de productos con su nombre que iban desde parrillas, utensilios de cocina, extinguidores y hasta una salsa barbacoa. Lamentablemente, los aficionados pagan por ver sus combates, pero no por adquirir todos estos objetos que terminaron dándole un nuevo dolor financiero.
El otro gran negocio fallido fue la inversión de casi USD 9 millones en una cadena de restaurantes que nunca pudo despegar en el mercado.
Mientras sus problemas financieros aumentaban, su familia también se multiplicaba. A sus 57 años, Holyfield tiene 11 hijos, de seis mujeres diferentes y además ha atravesado tres divorcios, por los que sus ahorros tuvieron que ser divididos.
Como si esto fuera poco, las alarmas rojas fueron ignoradas por el ex púgil, quien mantuvo un nivel de vida alto y hasta 2008 vivió en una mansión de 109 habitaciones ubicada en Georgia, siendo esta casa la más grande de todo el estado. Entre sus lujos contaba con tres piscinas (dos internas), cine, sala de bowling, una gigantesca fuente, 12 dormitorios y 21 baños. Según informó el Daily Mail, el costo de la electricidad superaba los USD 15 mil y el mantenimiento general estaba por encima del millón de dólares al mes.
No solo perdió la vivienda, sino, además, sus recuerdos materiales, los cuales fueron subastados ese año entre sus fans. En el remate se destacaron cinturones de campeonato, carteles promocionales autografiados, más de 25 pares de guantes, batas y calzoncillos usados en combates. También le liquidaron joyas, muebles y vehículos, incluido un Chevy Corvette clásico de 1962. Todo para saldar deudas.
Actualmente, Holyfield, quien se entrena para volver a pelear de manera benéfica, vive en un departamento de dos ambientes, y sus ingresos dependen exclusivamente de las presentaciones que haga en público. Es por eso que suele formar parte de espectáculos y shows de televisión.
El ex boxeador brindó unas declaraciones al respecto al portal de noticias The Sun y culpó a quienes lo rodearon durante las últimas dos décadas: “Es difícil caerse, y siento que todo es demasiado tarde. Cuando no tienes a otros cuidando de ti, todos toman algo. Hombre, me estaban robando, solo robando, robando”. El estadounidense de 57 años aprendió una valiosa lección sobre la confianza en quienes lo rodean que quiere inculcarle a sus hijos para que ellos no caigan en la trampa, según contó: “Solía ser tonto, pero ya no lo soy”.